Al hablar de conductas que hay que evitar o
que hay que hacer que desaparezcan del comportamiento habitual del estudiante o
grupo de estudiantes, que son causa de problemas de conducta, se busca tratar
de mejorar la socialización,
imprescindible para que se dé un funcionamiento adecuado escolarmente hablando,
razón por la cual se hace fundamental crear proyectos con ejecución y aplicación
de este tipo, que sirvan como apoyo al docente.
Cada tipología de conducta requiere
estrategias en busca de mejorar el comportamiento de los educandos y el
ambiente escolar.
Si
analizamos el ambiente familiar y muchas veces el escolar, podemos describir
pautas en donde se da como positivo los castigos severos o hallando
incoherencia a la hora de establecer premios y castigos de forma que el tipo de
refuerzo depende más del humor del momento de los padres que de la calidad de
la conducta de los propios hijos. Esto no quiere decir que no exista un efecto
real de la acción de los padres y docentes respecto de la conducta de los hijos
y de sus posibilidades de mejorarla, sino que aplicando esa influencia de
manera incoherente se obtienen precisamente los efectos contrarios a los
buscados.
Es fácil observarlo en casos como: en donde
el refuerzo positivo ante una agresión se consigue el efecto de perseguir al
agresor, en casos de hiperactividad, el grupo de los compañeros aprueban y celebran las acciones de
estos estudiantes o ante casos de trastorno negativista desafiante, los padres
y/o docentes se enfrentan al estudiante, reafirmando sin saberlo la conducta.
Respecto a la reducción de los problemas de
conducta se deben buscar estrategias que
conduzcan a la desaparición de todo tipo de refuerzo positivo de las conductas
indeseables, controlando incluso aquellos que pudieran emitirse del grupo, que
tienen efecto el refuerzo positivo de la conducta y que provoca que ésta tienda
a aparecer con mayor frecuencia.
Partiendo de la idea de que “El hombre es un
ser social por naturaleza “del filosofo Aristóteles y la necesidad de
desarrollar en los niños una socialización adecuada los refuerzos en conductas
se deberán dirigir hacia aquellos valores y principios de unidad, servicio y
ayuda al otro, tales como: solidaridad, respeto, responsabilidad,
cooperativismo, la amistad, el dialogo y el desarrollo de habilidades de
observar, escuchar y reflexionar, trabajar en grupo.
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