Cuando hablamos de problemas de conducta o de
socialización tal como normalmente se utiliza el término , es donde se da la necesidad de un mayor control
de la conducta del estudiante, nos estamos refiriendo a que existe por parte
del mismo un incumplimiento de las
normas mínimas de convivencia de forma que hace que la vida no se pueda desarrollar con normalidad o, al
menos, con la efectividad que se desearía, para los compañeros que le rodean o
para él mismo ; y en los innumerables comportamientos de tales conductas
podemos incluir desde la falta de participación ,a la desobediencia sistemática
a las sugerencias u órdenes del docente, a dedicarse a las tareas escolares, o
la agresividad más o menos permanente contra compañeros y a veces contra los
docentes.
“Esta
denominación es utilizada en relación a niños con comportamientos no habituales
o maneras de comportamientos no esperadas por los adultos. Aquí cabe destacar
esta distinción, porque el comportamiento de un sujeto puede ser leído desde
diferentes ópticas. Así un niño podrá comportarse bien o mal dependiendo desde
donde se evalúe. Puede afirmarse que los niños suelen decir mucho más de lo que
aparentemente dicen con sus aptitudes, además las maneras de comportarse suelen
depender de las compañías y de los ámbitos donde se desarrollan.
Los
niños con trastornos de conducta leves, pueden ser enseñados con efectividad
estando con sus propios compañeros o en clases, con una razonable esperanza de
integración con sus compañeros.
Los
niños con trastornos de conductas moderados deben ser intervenidos por
especialistas, que determinan su integración
al ambiente escolar, en casos de presentar conductas severas y profundas
requieren una intervención intensiva y prolongada y deben ser instruidos en el
propio hogar, en colegios específicos o internos en determinadas instituciones
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